Día 12 de 1946: El día de la proclamación de la fórmula Perón-Quijano hace su aparición el primer bombo peronista. En Cabildo y Juramento, sede central de los fortines, partió la manifestación (con el bombo al frente) hacia la Avda. 9 de Julio.
Las elecciones habían sido convocadas para el 24 de febrero de 1946.
Se presentaron dos candidaturas:
- La formula José P. Tamborini y Enrique Mosca de la Unión Democrática (alianza electoral de la U.C.R., el partido socialista, el comunista y el demócrata progresista).
- La otra fórmula estaba integrada por Juan Domingo Perón y J. Hortensio Quijano, era una coalición formada por el partido laborista, la U.C.R., junta renovadora y ex miembros del partido independiente.
Los resultados dieron por ganadora la fórmula Perón-Quijano, que asumieron la Presidencia el 04 de junio de 1946.
RESULTADOS DE LA ELECCIÓN:
Perón, 1.527.231 votos (el 56%) – 304 electores para Perón-Quijano
Tamborini, 1.207.155 (el 44%) – 72 para Tamborini-Mosca.
PALABRAS DE PERÓN EN EL ACTO DE PROCLAMACIÓN DE SU CANDIDATURA EL 12 DE FEBRERO DE 1946 (FRAGMENTOS)
Llego a vuestra presencia con la emoción que me produce sentirme confundido entre este mar humano de conciencias honradas; de estas conciencias de criollos auténticos que no se doblan frente a las adversidades, prefieren morir de hambre antes de comer el amargo pan de la traición. (…)
Porque hemos venido a terminar con una moral social que permitía que los trabajadores tuviesen para comer sólo lo que se les diera por voluntad patronal y no por deber impuesto por la justicia distributiva, se acusa a nuestro movimiento de ser enemigo de la libertad. (…)
Cuando medito sobre la significación de nuestro movimiento, me duelen las desviaciones en que incurren nuestros adversarios. Pero, mucho más que la incomprensión calculada o ficticia de sus dirigentes, me duele el engaño en que viven los que de buena fe les siguen por no haberles llegado aún la verdad de nuestra causa. Argentinos como nosotros, con las virtudes propias de nuestro pueblo, no es posible que puedan acompañar a quienes los han vendido y los llevan a rastras, de los que han sido sus verdugos y seguirán siéndolo el día de mañana. Los pocos argentinos que de buena fe siguen a los que han vendido la conciencia a los oligarcas, sólo pueden hacerlo movidos por las engañosas argumentaciones de los «habladores profesionales.
Estos vociferadores de la libertad quieren disimular, alucinando con el brillo de esta palabra, el fondo esencial del drama que vive el pueblo argentino. (…) Comenzó la «guerra» de las solicitadas; siguió la alianza con los enemigos de la patria; continuó la campaña de difamación, de ultrajes y de mentiras, para terminar en un negocio de compraventa de políticos apolillados y aprendices de dinamiteros a cambio de un puñado de monedas. (…)
No deja de ser significativo que los grupos oligárquicos disfrazados de demócratas, unan sus alaridos y sus conductas a esos mismos comunistas que antes fueron (por el terror que les inspiraban) la causa de sus fervores totalitarios, y a quienes ahora dedican las mejores de sus sonrisas. (…)
Y es bien seguro que muchos hombres que hasta ayer no ocultaron sus simpatías hacia las dictaduras extranjeras o que sirvieron a otros gobiernos de facto en la Argentina, no habrían adoptado hoy heroicas y espectaculares posiciones seudodemocráticas. (…)
Esta sangre nueva la aporta nuestro movimiento; esta sangre hará salir de las urnas, el día 24 de este mes, esta nueva Argentina que anhelamos con toda la fuerza y la pujanza de nuestro corazón».