Con un té homenaje, el concejal ponderó el sostenido empeño puesto por las antiguas pobladoras de Ushuaia para mantener un espacio emblemático de la ciudad. A fines del 2017 y a pedido de la vecina Susana Umeres, una de las creadoras del paseo allá por el año 1986, Pino promovió un proyecto de padrinazgo voluntario del espacio para que recupere el esplendor de antaño.
En la tarde de este domingo, el concejal justicialista Juan Carlos Pino, junto a la prosecretaria Administrativa del Concejo Deliberante de Ushuaia, Cristina López, destacó el compromiso constante de las fundadoras del Paseo de las Rosas.
En un té organizado con la participación de la vecina Marcela Torres, fueron homenajeadas las antiguas pobladoras de Ushuaia que en el año 1986 crearon paseo que con sus rosales se transformó en un espacio emblemático de la ciudad.
El homenaje comenzó a las 17 horas y durante el mismo se proyectó un video a través del cual se realizó un recorrido por inicios del proyecto. También incluyó un repaso por los trabajos de recuperación que comenzaron a fines del 2017.
El evento prosiguió con la entrega de diplomas a las familias que gestaron la iniciativa en la década de los ochenta: Fique, Bello, Bronzovich de Arko, Fernández, Mansilla, Rubinos, Madera, Chacón, Pérez, Jaque, Bello y Rubinos, entre otras.
Pino valoró el esfuerzo y el trabajo que las vecinas y sus familias realizan constantemente a través de la donación de rosales, para que el espacio se mantenga y pueda ser disfrutado por la comunidad.
Por su parte, la vecina Marcela Torres, quien también viene colaborando con el proyecto, apeló a continuar con el sueño que Susana Umeres, junto a sus vecinas, comenzó hace más de tres décadas.
Consideró fundamental “no perder la identidad que tenemos, no dejar que las cosas sean avasalladas y se pierdan”. Remarcó que “la idea era esa seguir con el sueño de Susy y acompañarla en el largo camino que lleva”. En este aspecto invitó a todos los vecinos a que sigan colaborando para preservar el paseo.
En tanto que Susana Umeres expresó su agradecimiento no sólo por el reconocimiento sino también por el acompañamiento que las vecinas han dado a la iniciativa.
Ubicado en las inmediaciones de la antigua Casa Beban y del Museo de la Ciudad (antigua Casa Pena) se creó en el año 1986 a través de la ordenanza 187 con el objetivo no sólo de embellecer la ciudad sino también de generar un lugar de esparcimiento y recreación para los niños. En aquel entonces, y en pos de contribuir a embellecer el sector, antiguas pobladoras se comprometieron a donar un rosal por familia.
